dominan. Insinúa figuras y formas capaces de centrar un ambiente inquietanteen busca de esa íntima expresión intensamente sentida, hecha impulso creador.

 

Puso alma Sara Blanco en su obra. Y como pedia Baudelaire, imaginación, entendida con análisis y síntesis. Como una facultad misteriosa que se vincula a las demás para excitarlas y enviarlas al combate. Incluso a la sensibilidad. A esa sensibilidad exquisita de Sara Blanco que aflora en esta nueva primavera renacida en su ser artista. En virtud de pintora”.

 

Laureano Álvarez

          (De la Real Academia Gallega de Bellas Artes "Nuestra Señora del Rosario")

 

 

Catálogo Exposición “Instantes”. Casa de Galicia. Junio 2004.

 

 

“Engancharse a un Ángel de Chagall y volar sobre los colores”.

 

"Encontramos en Sara Blanco la impronta de la mancha que toma formas, difuminados donde convergen los contrastes de color para ocupar un espacio de equilibrios. Universos donde puede aparecer volando un ángel de Chagall, nostálgico que nos transporta sobre paisajes o bodegones simbolistas. La mancha de color controlada, en ritmo, crea una especie de ballet en el escenario del marco.

 

Cuadros, compañía alegre para un tiempo gris…esas manchas inciden en la retina para perfumar y algodonar los pensamientos. Luz de un lejano faro que nos indica el camino deseado de Ithaca, donde Penélope hace y deshace su telar, como siempre. Terapia necesaria ante los mismos orígenes: en principio fue el caos, la noche, luego se hizo la luz y el color y se trazaron las formas, y se movió el viento y el olor del cinamomo en primavera… y el cosmos, infinito, eterno, inalcanzable, parecía más cercano. Y seguimos dando vueltas a